¿Aún no tienes una cuenta? Crea una ahora y accede a tus listas favoritas, tu histórico de cuentas y muchas más cosas...
Pedidos y atención al cliente
TLF: 963 392 051 / FAX: 963 615 480
"Es, pues, un Coloquio Jacques Lacan 2001 lo que ahora empieza, uno más entre los cuarenta homenajes, aproximadamente, que le han rendido a Lacan, con ocasión del centenario de su nacimiento, quienes inscriben su trabajo en el Campo Freudiano en buena parte del mundo. Sin duda, el Campo Freudiano no ha sido el único en celebrar este centenario, aunque su presencia en el mundo le ha permitido aportar un testimonio de su deuda con Jacques Lacan en esta serie tan amplia. ¿Se puede hablar, con todo, de serie? Sí, si se escucha lo serio que habita en la serie. Seriedad no significa aburrimiento, al contrario. Lo serio supone que uno ponga algo de su parte, aquí y ahora, que ya antes lo haya hecho y que esté decidido a seguir poniendo más todavía. Poner ´algo de su parte´, eso es lo que espera Jacques Lacan de su lector, en 1966, al final de la ´Apertura´ de sus Écrits. Esta espera sigue vigente y está tan justificada como antes. Jacques Lacan no es un autor fácil, no es un autor como los demás, su estilo hacía de él un autor difícil. Sin embargo, él decía que su estilo era cristalino. En efecto, cristaliza, de la misma forma que, en Stendhal, el amor es captación repentina e instantánea de uno, el amante, el eron en griego, por el otro, el erómenos, siguiendo la terminología platónica de El Banquete. La mano surgida del leño ardiente pone de manifiesto la reciprocidad de los sentimientos, la mutación del erómenos en erón, tal como lo describe Jacques Lacan al inicio de su seminario sobre La Transferencia." JUDITH MILLER