Con la maleta al hombro

Dejaron su pueblo, un mundo rural que pocas esperanzas ofrecía a los españoles de los años cincuenta. En Madrid, en Barcelona, en Bilbao podía estar un futuro más próspero. Decenas de miles de hombres y mujeres se armaron de valor y se lanzaron a la aventura. Fue la gran emigración interior que despobló el campo y llenó de savia nueva las ciudades, una fuerza de trabajo que protagonizó el cambio desde la España del botijo hasta un país como el que tenemos hoy en día.
Luis del Val ha buscado varias historias verdaderas -la de José Antonio, Araceli, Emilio...- y ha dibujado un fresco emocionante, porque no sólo está magistralmente escrito, sino que además rezuma verdad. Muchos reconocerán en estas historias las fatigas, las compensaciones y las alegrías, que tal vez hayan pasado también sus propias familias. Además Del Val no olvida el fondo de esas peripecias: un fondo en el que aparecen los grandes sucesos históricos de estos años y además la otra historia pequeña, la que se colorea con las canciones y las películas, y los astros del deporte...
Como explica el autor, "en estos personajes se puede leer la vida de España, de esa España real que no sale en las crónicas, ni en los anales, ni en los periódicos, pero sin cuya existencia nada de lo demás sería posible".
Luis del Val inició su trayectoria profesional como periodista en el desaparecido diario ´Pueblo´. Durante muchos años, sus artículos y colaboraciones han aparecido en ´Interviú´, ´Tiempo´, ´Diario 16´, ´Ya´ y otras publicaciones. También es muy popular como comentarista en la cadena Ser y en Telemadrid. Asimismo, es autor de numerosos guiones de programas emitidos por Televisión Española y Antena 3 TV. Como escritor ha publicado diversos ensayos y novelas. En esta misma colección ha editado «Prietas las filas. Un niño en el Frente de Juventudes» (1999). También en TEMAS DE HOY firmó como coautor «Donde dije digo. Antología de faroles, desmentidos y promesas incumplidas». Entre sus novelas destacan «Buenos días, señor Ministro» (Premio Café Gijón 1988) y «Los juguetes perdidos» (1996).