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Desde la época más temprana el ser humano ha ejercido el poder y lo ha intentado conservar, para ello ha precisado de la Inteligencia para obtener información, y de la Contrainteligencia para evitar conspiraciones, connivencias, traiciones internas, confabulaciones con el enemigo exterior, y de esta forma poder reaccionar ante las amenazas de acometidas futuras o de agresiones inminentes. Desde el Neolítico queda constancia del uso de estas armas y desde 1.800 años a.C. ya figuraban estos métodos por escrito en unas tablillas escritas en acadio, halladas en Tell Hariri (Siria), relataban que los comandantes enviaban informes a su rey Zimri-Lim con información estratégica de la corte del rey babilónico Hammurabi, o se referían al trabajo de contrainteligencia para detectar espías en su propia corte e interceptar sus comunicaciones.
Sobre la Contrainteligencia, en el mundo antiguo, nos han dejado constancia Herodoto de Halicarnaso, narrando actividades de decepción o engaño de Ciro II contra la reina Tómiris del pueblo de los masagetas; Sun Tzu con las primeras lecciones de contraespionaje y puestas las bases de la contrainformación para la detección y la neutralización de agentes para llegar a la decepción; o Kautilia aconsejando "medidas activas" como el empleo de artes de seducción de las mujeres de sus generales, o el uso del veneno, o las armas secretas. Nada nuevo bajo el sol.
Mención aparte, por su innovación y perspicacia, merece hacerse del primer Tratado de Contraespionaje, de finales del S XVI, que provenía del mejor Servicio de Inteligencia del mundo, y del momento: el de Felipe II. El "Breve tratado de cómo se an de expeler y allar a las espías que procuran secretamente mucho mal contra la fe de Dios Nuestro Señor"
La Contrainteligencia ha sido un bastión frente al que se han estrellado enaciados musulmanes, guardas de frontera, escuchas, atalayas, atajadores, almogávares, exploradores, ojeadores y embajadores, en la España medieval de moros y cristianos. Ha sido el faro engañoso de confabulaciones, conjuras y tramas, que ha llevado al cadalso a espías y reinas como María Estuardo de Escocia. Y ha sido el bote de salvación del Estado ante conspiraciones y golpes de estado.
La hibridez, la zona gris y las falsas banderas, la manipulación, la propaganda, la clandestinidad o las acciones encubiertas y en general las embestidas de la inteligencia en la agresión exterior indirecta, encuentran respuesta en la Contrainteligencia. Si nos referimos a unidad de dirección, autoprotección, flexibilidad, utilización de métodos novedosos o procedimientos armonizados ante amenazas singulares y de última generación, estamos hablando de Contrainteligencia. Contraespionaje, decepción, protección de la información, contrasabotaje, contraterrorismo y acción psicológica o contra el crimen organizado, es Contrainteligencia.
De técnicas y metodologías, sinergias, espías captados y detectados, agentes dobles, "topos", deserciones, exfiltraciones, o defecciones voluntarias y otras cuestiones, se habla en este libro