Discurso religioso y contrarreforma

Con la ruptura de la unidad religiosa europea en la época de Lutero, la Iglesia Católica afrontó y superó esta fractura con un rearme moral y teológico y una combatividad en todos los frentes (la Contrarreforma) gracias al Concilio de Trento y a todos los mecanismos que puso en marcha. Además de la reforma de las órdenes religosas, la instrucción religiosa para los laicos y sacerdotes, y la instauración de nuevas formas de solidaridad y asistencia católica, para imponer las tesis de la Contrarreforma, la Iglesia se valió de los denominados Tribunales de Conciencia (la Inquisición, los Confesores y las Misiones), de grandes congregaciones como los jesuitas, de las fiestas de beatificaciones y canonizaciones, de los santos, los milagros, el teatro y los autos sacramentales..., una pléyade de actividades y ejecutantes objeto de análisis en la presente publicación.