Jornadas Sobre Derecho de Aguas

Hace tiempo que expertos politólogos venían augurando que los conflictos del futuro, las confrontaciones bélicas incluso, provendrían del control del agua; de la necesidad de hacer con el dominio de unos recursos hidrológicos a los que la civilización ha descatalogado del elenco primitivo de los bienes demaniales, apropiándose de ellos. Los canales, ríos y torrentes de que nos habla el art. 339 del código civil se reputan hoy día de interés social aunque, desatendiendo ese interés, se utiliza a veces el agua como arma arrojadiza de poder. Desgraciadamente, las predicciones de los politólogos se han hecho realidad sin dejar transcurrir el tiempo mínimo necesario para que la evocación de tales vaticinios alcanzara el carácter de pura profecía. Son muchos los conflictos bélicos -Altos del Golan, el olvidado del Chad- en los que de forma latente o francamente indisimulada se reivindica por la fuerza el control de ese elemento indispensable que es el agua. Entre nosotros, afortunadamente, las disputas que sobrepasan los límites establecidos por el orden jurisdiccional, no van más allá de las interpelaciones parlamentarias en las cortes; si acaso, asoman esporádicamente a las páginas de los periódicos. La verdadera palestra en la que se desarrolla esa lucha incruenta es ante los tribunales de justicia, bajo el imparcial arbitraje de los jueces.