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2ª Edición / 356 págs. / Rústica / Castellano / Libro
El presente libro constituye un estudio completísimo sore la vida, la obra y la significación de Miguel Hernández. Sustancialmente aumentado en esta segunda edición, incorpora ahora noticias y documentos inéditos que permiten aclarar puntos importantes --y hasta hondamente emotivos-- en la biografía del poeta oriolano. También en la parte crítica hay novedades de peso. Tres valiosos apéndices y una bibliografía acrecida en más de doscientos titulos redondean el libro. Cano Ballesta piensa que en la obra de todo poeta son esenciales la experiencia vital, la concepción del mundo y el estilo. A esas tres partes atenderá muy especialmente. La biografía de Miguel Hernández está contada con cariño y con la mayor objetividad. Aquel pastorcillo genialmente dotado gana en seguida la simpatía del lector. Claro que no todo podía ser plenitud en vida tan breve. Pero ahí están su heroica formación, el amor, la guerra fatal, las cárceles, el truncado fin (lejos de todo amor). Y, de otro lado, ahí tenemos la carrera literaria del escritor, el mimetismo de us primeras épocas, el decisivo contacto con Neruda, la voz personal que poco a poco va cuajando. Ya estamos ante la obra poética, estudiada en todo su recorrido, desde los balbuceos primerizos hasta el Cancionero. La palabra de Hernández fulgura y hiere como el rayo. Con fuerza torrencial, con gran pasión de hombre. Una intuición central rige esta cosmovisión, según demuestra Cano Ballesta, y es la vida misma --la personal y la universal--, que se desborda caliente y generosa por sus versos. Vida en la que se confunden el amor (a la esposa, al hijo, al pueblo) y el aleteo de la muerte (la siempre presentida y temida). Miguel ha cantado como pocos poetas el encuentro de los cuerpos en el acto nupcial y lo ha exaltado a rito cósmico (entre la eterna fecundidad de la naturaleza y el perpetuarse de la sangre), casi con la pupila mítíca de un primitivo. Es la suya una poesía arraigada en la tierra, o, mejor, fundida con la tierra como un abono de sangre y huesos: poesía , según ya intuyó Garcia Lorca. Apenas podemos aludir a los minuciosos análisis estilísticos realizados por el crítico: metáforas (con la obsesión del cuchillo o la navaja), símbolos (en que impera el toro turbolento y feroz, imagen del poeta mismo),expresividad fónica, ritmo, plurimembración? Quede clara una cosa: el veros del oriolano arranca del corazón y es social y autobiográfico, cualidades que le hacen anticiparse originalmente a las corrientes poéticas dominantes en nuestros días.