La realidad económica y social de las personas mayores

Desde mediados de la década de los ochenta las personas mayores han ido adquiriendo especial relevancia y mayor protagonismo en las sociedades modernas. El descenso de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida han tenido como efecto que este grupo de población sea cada vez más numeroso e importante.
Lejos de la interpretación negativa del envejecimiento demográfico, que lo ve como un problema social, la perspectiva desde la cual se aborda en este libro favorece su verdadero conocimiento y rechaza las imágenes estereotipadas que siguen pesando sobre las personas mayores. El jubilado actual no es como el jubilado del pasado, por lo que es necesario distinguir entre el jubilado tradicional y el nuevo jubilado, que será el jubilado del futuro. Las diferencias entre el nuevo y el viejo jubilado son múltiples, aunque entre ellas destaca el hecho de que los primeros no son jubilados sociales y quieren seguir formando parte activa de la sociedad.
La realidad económica de las personas mayores se comprende mucho mejor si analizamos sus discursos. La situación económica de una persona, comparándola con la media nacional, puede ser mala o buena según criterios estadísticos pero, en realidad, la situación será de una forma u otra en función de cómo la perciba cada persona. Muchos de los comportamientos económicos de los mayores están mediatizados por el entorno más cercano, es decir, por la familia. Esta institución, calificada por Iglesias de Ussel como auténtico Ministerio de Asuntos Sociales, es pieza clave en la vida de las personas mayores y se complementa, en algunos casos, con el hogar de mayores, que también desempeña una serie de funciones que podrían llegar a calificarlo como el nuevo Ministerio de Asuntos Sociales.