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1ª Edición / 238 págs. / Rústica / Castellano / Libro
El Libro de Tebas fue compuesto hacia 1150 por un clérigo de la región francesa del Poitou. Inaugura el género literario del roman, que fue sin duda el más prolífico de la Edad Media y el que mayor huella dejó en la cultura de Occidente como antesala de la novela moderna. Pronto se sucedieron otras obras de temática, espíritu e intención afines: fueron los romans de Eneas (hacia 1156) y de Troya (hacia 1165), que junto con el de Tebas, constituyen la tríada clásica. Ya la Edad Media percibió esta tríada como un grupo cohesionado de obras, pues no sólo tienen en común la relación de historias de la Antigüedad la Tebaida de Estacio, la Eneida de Virgilio y las síntesis tardías de la Ilíada y la Odisea sino que comparten un mismo objetivo que se persigue a través de igual procedimiento: la adaptación de clásicos hecha con un propósito e intención afines en lo didáctico y en lo político. En efecto, la composicion de la trilogía se vincula a la corte de Enrique II de Plantagenet y de Leonor de Aquitania, y habría servido para prestigiar a la monarquía inglesa enlazándola con los grandes héroes de la Antigüedad. El Libro de Tebas es, a grandes rasgos, una adaptación de la Tebaida de Estacio. Narra básicamente la guerra de los Siete contra Tebas, que ocupa la mayor parte de los hechos relacionados. Una síntesis de la leyenda de Edipo, ajena a la Tebaida, sirve de prólogo a la guerra fratricida entre Eteocles y Polinices. El significado de esta introducción es explicar cómo la condición de Edipo -asesino de su padre y esposo de su madre- determina la suerte funesta de sus dos hijos varones, evidenciando que el destino de ambos no es fruto de la fatalidad, sino del incesto que les dio el ser. Lejos de ser imitación servil del modelo antiguo, el nuevo poema anónimo medievaliza ampliamente su fuente, reinterpretando la sociedad antigua en términos feudales, concede mayor lugar a los elementos maravillosos y otorga un papel relevante a los personajes femeninos y al amor