Los perros negros

A Jeremy, hu?rfano desde los ocho a?os, siempre le han fascinado los padres de sus amigos.?En la adolescencia, cuando ellos se rebelaban contra sus padres, ?l era el buen chico que les acompa?aba y satisfac?a sus deseos. Ahora, a los cuarenta a?os, su ?ltimo amor filial son los padres de su esposa, June y Bernard Tremaine, personas de cierta notoriedad, cuya biograf?a Jeremy ha decidido escribir. Y as?, con la historia de la progresiva reconstrucci?n de la vida e ideas de los Tremaine, Ian McEwan ha escrito una de las novelas clave de nuestra ?poca, un inquietante cuadro bajo cuyos colores se transparenta la ?textura? ideol?gica del siglo XX desde la Se?gunda Guerra Mundial. June y Bernard Tremaine, fervientes militantes del partido comunista, se casaron inmediatamente despu?s de la guerra y en 1946 emprendieron un tard?o y largo viaje de bodas que les llev? a Francia, y tras el cual vivieron toda su vida separados, aunque nunca se divorciaron. June en el Languedoc, dedicada a la meditaci?n y a la escritura de libros sobre experiencias m?sticas; Bernard en Inglaterra, como destacado pol?tico de izquierdas. En la familia se menciona a veces, pero de manera oblicua y esquiva, a los ?perros negros? (el poeta romano Horacio sugiri? que la visi?n de estos animales era un mal augurio, y Churchill hablaba del perro negro de la depresi?n), y su historia constituir? el n?cleo que iluminar? y dar? sentido a toda la novela, tal como lo hac?an el asesinato y el descuartizamiento de El inocente, el anterior libro de McEwan .

?Sugiere una hip?tesis escalofriante: el mal que resumen de modo terror?fico los perros negros habita tambi?n en el coraz?n de los inocentes? (Jos? Andr?s Rojo, El Pa?s).

?Una novela prodigiosamente bien escrita, cercana a las inquietudes del lector sensible? (Jes?s Ferrer Sol?).

?Ian McEwan se confirma en Los perros negros como uno de los mejores autores europeos? (Mercedes Monmany).