No resitáis al mal

Este libro posee la red de argumentaciones más profunda, lúcida y convincente jamás escrita en contra del sistema de Justicia Penal. Publicado por primera vez en 1902, No resistáis al mal enseguida se convirtió, por méritos propios, en un clásico que sigue plenamente vigente en tiempos en los que el alcance del poder de la maquinaria estatal se halla en pleno crecimiento. Clarence Darrow, abogado de profesión, comprendió mejor que nadie la realidad que subyace a un sistema judicial basado en el castigo. Y con el respaldo de la experiencia que aporta toda una vida consagrada a la justicia, pretendió, con esta obra, abrir los ojos del mundo entero con una verdad de ardua digestión: «El aparato estatal de los tribunales, juicios y prisiones es un fraude gigantesco que provoca más injusticia y delincuencia de la que consigue eliminar». Reflexión que dejó una honda huella en los escritos de Murray N. Rothbard en torno a este mismo tema. Por eso conviene hacer una razonable advertencia a los posibles lectores: No resistáis al mal es un libro sumamente inquietante, capaz de sacudir la conciencia de quien se adentre en sus páginas, transformando para siempre su percepción de la realidad en que nos hallamos inmersos. Prólogo a la edición española, por César Martínez Meseguer INTRODUCCIÓN, por Douglas E. French PREFACIO CAPÍTULO 1. LA NATURALEZA DEL ESTADO CAPÍTULO 2. ARMADAS Y EJÉRCITOS CAPÍTULO 3. LA FINALIDAD DE LOS EJÉRCITOS CAPÍTULO 4. EL GOBIERNO CIVIL CAPÍTULO 5. TEORÍA DEL DELITO Y DEL CASTIGO CAPÍTULO 6. EFECTOS CORRECTIVOS DE LA PENA CAPÍTULO 7. CAUSA DEL DELITO CAPÍTULO 8. EL TRATAMIENTO CORRECTO DEL DELITO CAPÍTULO 9. IMPOSIBILIDAD DEL JUICIO JUSTO CAPÍTULO 10. EL JUEZ DEL DELINCUENTE CAPÍTULO 11. LA MEDIDA DE LA PENA CAPÍTULO 12. ¿QUIÉN MERECE CASTIGO? CAPÍTULO 13. CONDUCTA Y DERECHO NATURAL CAPÍTULO 14. NORMAS QUE RIGEN A LOS CÓDIGOS PENALES Y A SUS VÍCTIMAS CAPÍTULO 15. LA MAQUINARIA DE LA JUSTICIA CAPÍTULO 16. EL TRATAMIENTO CORRECTO DE LA VIOLENCIA EPÍLOGO. CLARENCE DARROW Y SU VISIÓN DE LA LIBERTAD, LA JUSTICIA Y LA GUERRA, por Jeff Riggenbach