Política hidraúlica

El agua como uno de los recursos naturales más valiosos ha sido objeto de atención jurídica desde los inicios de nuestra civilización. Costa como jurista y polígrafo que fue no pudo mantenerse al margen de todas las connotaciones que el problema del agua ha tenido en nuestro país, en todas sus dimensiones: administrativas, sociales o económicas. A lo largo de esta monografía el autor hace un repaso de algunos aspectos del "problema hidráulico", ilustrándonos con antecedentes históricos que supusieron soluciones jurídicas concretas a problemas puntuales. INDICE CAPITULO I Misión social de los riegos en España. (p.1). Objeciones y respuestas. (p.19). CAPÍTULO II Agricultura de regadío: l.º El remedio esta en la voluntad: preámbulo. (p.37). 2.º Crisis que aflige a la producción: objeto de la Asamblea. (p.40). 3.º El objetivo que se impuso á la creación de la Cámara Agrícola, fue el fomento de los riegos. (p.43). 4.º Ganar más del doble trabajando menos de la mitad: exportar á Inglaterra un rayo de nuestro sol. (p.45). 5.º Los sueños de Faraón tuvieron realidad en la Litera. (p.49). 6.º Lamentaciones de un río escuchadas por Costa. (p.52). 7.º Influjo que ejercerán los riegos sobre las tierras de secano a donde aquel no alcance: bodas de la riqueza con el trabajo, de la prudencia política con la civilización. (p.54). 8.º Los canales y pantanos interesan tanto á la montaña como al llano. (p.58). 9.º La sequía ejerce oficios de conquistador, puesta de acuerdo con la inundación. (p.62). 10.º El Estado debe construir y explotar los canales y pantanos; construídos por empresas ó particulares, el remedio sería peor que la enfermedad. (p.64). 11.ºArmonía entre los intereses del Estado y los de los regantes. (p.71). 12.º El agua es el maná que Dios hace llover sobre la tierra española: el Gobierno necesita tener á su lado la opinión del país: nacionalización del agua. (p.73). 13.º El río Ebro, cuna y centro de la nacionalidad aragonesa, maestra de España en cuestiones sociales. (p.75). 14.º La construcción de los canales y pantanos, depende sólo de nuestra voluntad. (p.79). CAPÍTULO III El canal de Tamarite, cien años después. (p.81). 1.º Introducción: telegramas en forma de conclusiones. (p.82). 2.º El primer centenario del canal: debemos enseñar los dientes. (p.85). 3.º El Gobierno falta á la ley: los diputados y senadores abandonan al país, faltando á sus deberes: el país debe resistir una nueva concesión. (p.87). 4.º Urge rehacer la geografía de la patria para resolver la cuestión política y la cuestión social. (p.90). 5.º Si no consigue la Cámara la construcción del canal de Tamarite y su terminacion dentro de cinco años, será porque la Litera no quiera. (p.99). 6.º La agricultura no es republicana ni monárquica: el Estado concesionario único. (p.100). 7.º La crisis vinícola: la desamortización, causa del divorcio de la agricultura con la ganadería. (p.107). 8.º Los conejos de la fábula. (p.111). 9.º La construcción de los canales es negocio para el Estado, y éste, el único que puede construirlos. (p.113). 10.º Dios castiga á David con una de las tres plagas. (p.116). 11.º El agua de los canales, económicamente considerada, es trigo, es carna, es lana, es fruta, etc. El Ministerio de las Aguas. (p.122). 12.º El Nilo, río prodigioso, cuna de asombrosa civilización. (p.125). 13.º Los ilustres silenciosos. (p.127). 14.º Nueve ministros en forma de estudiantes pensionados. (p.129). 15.º Las profecías de Ezequiel : ¡ huesos secos, oid la palabra del Señor ! CAPÍTULO IV Nacionalización de las aguas fluviales: 1.º El primer aniversario. (p.140). 2.º Domestiquemos los rios con el freno de los diques y la cadena de los canales. (p.142). 3.º ¿Quien merecerá para sí la inscripción del rey Hammurabi? (p.145). 4.º Emprendamos sin vacilar, urgentemente, esta obra redentora: dejemos de ser mal aventurados pródigos. (p.147). 5.º El agua que no da la vida, la quita. (p.153). 6.º Tauste dió en el siglo XVI ejemplo de virilidad y de fortaleza. (p.155). 7.º Importancia excepcional que tienen los dos canales de la derecha y de la izquierda del Cinca. (p.160). 8.º Destino que deben dar los labradores al agua de los canales. (p.162). 9.º España no tendrá base de sustentación, mientras su agricultura no descanse en cuatro distintas producciones. 10º. El regadío, base principal del credito territorial y agrícola. (p.179). 11.º Las grandes mejoras, como los frutos ds los arboles, no cuajan ni maduran solas. (p.183). 12.º Desastrosos efectos de la política de la guerra. (p.185). 13.º De Aragón es el deber de encauzar la política económica. (p.189). 14.º Unión de todos para la obra común: el hambre no es católica ni protestante, republicana ni monárquica .(p.203). CAPÍTULO V Cómo se consiguió un canal. (p.205). 1.º Audiencia con el ministro de Fomento: canales y pantanos. (p.206). 2.º Impresiones de la Comisión. (p.208). 3.º Cooperación parlamentaria. (p.209). 4.º Primeros resultados de estas gestiones. (p.212). 5.º Petición por el canal de Sobrarbe. (p.214). 6.º Los pantanos del Flumen en la Gaceta. (p.219). 7.º Conferencia con el Ministro en Zaragoza. (p.220). 8.º Brindis: diálago entre dos estatuas. (p.221). 9.º Una Real orden. (p.226). 10.º Construcción del canal de Tamarite: Ley de 5 de Septiembre de 1896. (p.227). El bautismo y el canal de Tamarite. (p.229). 11.º Notas sueltas: Bilbao y la Litera. (p.234). CAPÍTULO VI Resumen á un mitin agrario. (p.238). CAPÍTULO VII Labor de desfonde. (p.249). CAPÍTULO VIII Plan general de canales: Un proyecto de ley: preambulo. (p.258). Articulado. (p.264). Lo que puede decirse en apoyo del proyecto. (p.268). Un programa electoral: á los electores del distrito de Barbastro. (p.276). Dos mitins electorales. (p.280). CAPÍTULO IX Agua de riego para el pueblo: Campo romano. (p.289). Campo de una hectárea. (p.292). Conclusión para la economía agraria. (p.294). CAPÍTULO X Caracteres de la <>. (p.298). CAPÍTULO XI Nuestros plagios de la «política hidráulica>>. (p.309). CAPÍTULO XII Solaces de «política hidráulica». (p.318). CAPÍTULO XIII La voz del río. (p.334). CAPÍTULO XIV Dos brindis agronómicos. (p.337). Segundo brindis. (p.341).[]